¿Sabías que el aceite de oliva ayuda a reforzar el sistemainmunitario?

Un producto tan común en nuestra cocina como el aceite de oliva puede ser un gran
aliado para reforzar el sistema inmunitario. Es uno de los ingredientes básicos de la
dieta mediterránea al que se le atribuyen numerosas propiedades beneficiosas para la
salud. Pero tal vez algunos no sepan que su consumo habitual también puede
fortalecer nuestras defensas.
AOVE para reforzar el sistema inmunitario
El aceite de oliva es rico en vitaminas A, D, E y K, que actúan como antioxidantes. Los
antioxidantes cumplen la función de contrarrestar la acumulación de radicales libres,
provenientes de agentes externos o hábitos inadecuados, que dañan las células del
organismo, dando lugar a envejecimiento celular, disminución de las defensas y un
mayor riesgo de padecer cierta enfermedades.
Además, contiene dos sustancias muy importantes como el hidroxitirosol y la
oleuropeína, que son precisamente las que le dan al aceite de oliva su peculiar sabor
picante y amargo. Estos nutrientes actúan también como potentes antioxidantes que
contribuyen a reforzar el sistema inmunitario.
Las grasas del AOVE afectan directamente a la actividad de los neutrófilos, un tipo
de glóbulos blancos encargados de proteger al organismo contra enfermedades
infecciosas. Según algunos estudios, se ha demostrado que estas grasas vegetales
estimulan las células de sistema inmunitario haciendo que la respuesta de las defensas
ante virus y bacterias sea mucho más efectiva.
El consumo habitual de aceite de oliva virgen extra, por lo tanto, nos ayuda a prevenir el
desarrollo de muchas enfermedades, como problemas cardiacos o algunos tipos de
cáncer, lo que significa que puede ayudarnos a vivir más.
Otros beneficios del aceite de oliva virgen extra
Pero, además, el consumo de aceite de oliva virgen aporta otros beneficios muy
importantes para mantener una buena salud, especialmente si lo combinamos con una
alimentación equilibrada y unos hábitos de vida saludables.
Propiedades antibacterianas
El aceite de oliva tiene propiedades antibacterianas por lo que resulta muy eficaz contra
la helicobacter pylori. Algunas investigaciones han demostrado que puede controlar
hasta ocho cepas distintas de esta bacteria, algunas de ellas resistentes a los antibióticos.
Salud intestinal
Las funciones digestivas mejoran con el consumo de AOVE porque equilibra la
producción de ácidos y aumenta el Ph del organismo al favorecer la absorción de
minerales como el magnesio y el calcio.
Previene la artritis
El aceite de oliva puede reducir el estrés oxidativo y la inflamación articular de las
personas que padecen artritis, sobre todo si se combina con otros productos ricos en
omegas.
Reduce el colesterol
El AOVE es un alimento que ayuda a regular los niveles de colesterol malo (LDL) y
colesterol bueno (HDL), reduciendo el primero y aumentando el segundo. Gracias a
este buen equilibrio, se reduce el riesgo de problemas como arteriosclerosis y otras
enfermedades cardiovasculares.
Es bueno para el cerebro
Este producto es rico en polifenoles, que tienen características antiinflamatorias y
antioxidantes, y además estimulan la creación de neuronas nuevas y la renovación del
tejido cerebral. Se cree que las personas que consumen este tipo de grasas poseen
mejores funciones cognitivas.
Para beneficiarnos de los efectos saludables del AOVE y disfrutar plenamente de su
sabor, lo recomendable es consumirlo en crudo incluyéndolo en nuestras comidas
diarias.