¿Cocinar con aceite o mantequilla?
¿Qué es mejor para la salud cocinar con mantequilla o con
aceite? | Te lo contamos
Qué es mejor, ¿cocinar con mantequilla o con aceite? Seguramente alguna vez te lo has
planteado mientras te ponías el delantal para comenzar a preparar algo. El uso de uno u
otro producto depende bastante de las costumbres gastronómicas de cada zona y cada
país, pero independientemente de cómo se haga un plato tradicional, conviene conocer
las características de cada uno y saber cuál es la opción más sana.
¿Mantequilla o aceite de oliva para nuestros platos?
La mantequilla y el aceite de oliva son alimentos ricos en grasas, lo que significa que su
aporte calórico es elevado. Pero, si nos centramos en la salud y en los beneficios que
nos pueden aportar, las calorías no tienen tanta importancia como analizar la calidad de
las grasas que contienen.
La mantequilla es una grasa láctea, es decir, de origen animal. Tiene una
composición nutricional en la que destaca un elevado porcentaje de ácidos grasos
saturados (más o menos un 70%). Este tipo de ácidos grasos están vinculados a un
aumento de los niveles de colesterol en sangre, y un consumo habitual y prolongado de
este producto podría suponer un incremento importante del riesgo de padecer
enfermedades cardiovasculares.
En el otro lado se encuentra el aceite de oliva, que es una grasa de origen vegetal. Es
el zumo que se extrae de las aceitunas maduras y en composición nutricional se
encuentra el ácido oleico (omega 9), el ácido linoleico (omega 6), el ácido linolénico
(omega 3) y ácidos grasos saturados, pero en una proporción de solo un 10%
aproximadamente. Gracias a esta variedad de ácidos grasos, unido a la cantidad de
vitamina E de este tipo de aceite, lo convierten en un producto altamente recomendable
para la salud.
Menos tolerancia a las altas temperaturas
Otra diferencia entre la mantequilla y el aceite de oliva que hay que tener en cuenta es la
forma en la que se comporta en la cocina, más concretamente ante las altas
temperaturas. Los alimentos grasos, al calentarse, experimentan una serie de cambios
químicos que varían su estructura y pueden dar lugar a nuevos compuestos perjudiciales
para la salud. Algunas grasas tienen una mayor resistencia a los cambios de temperatura
que otras. El aceite de oliva, por ejemplo, es muy resistente.
El punto de humo es el momento en el que el producto comienza a humear, que es
cuando se inicia la descomposición química. Pues bien, el punto de humo del aceite de
oliva es de 210º y el de la mantequilla es de 110º. Este es un dato importante si
tenemos en cuenta que la temperatura necesaria para freír un alimento es de unos 180º,
muy por encima del admitido por la mantequilla. Así que, en este sentido, el aceite de
oliva parece más adecuado para frituras.
También hay otra diferencia entre uno y otro producto, que hace que sea desaconsejable
cocinar con mantequilla. Al ser un producto lácteo, no es apto para personas con
alergias o intolerancia a la lactosa. Por el contrario, el aceite de oliva no presenta ningún
tipo de contraindicaciones, además se trata de tipo de grasa muy digerible, que estimula
las secreciones del páncreas y mejora el funcionamiento del hígado. Por lo tanto, es
el más recomendado para cocinar, pero sobre todo para consumir en crudo.
Conviene apuntar, por otra parte, que cocinar con mantequilla de forma puntual y
moderada no es perjudicial, además, hay muchas recetas que mejoran utilizando este
producto lácteo. Pero no podemos obviar que el aceite de oliva (preferiblemente virgen
extra) siempre va a ser la mejor opción para la salud. Si además quieres disfrutar de una
experiencia única, puedes incluir diferentes tipos de aceite de oliva en tu cocina.
